Un recorrido por la bucolica campiña de Arequipa

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Ya poco queda de la vida de campo en las afueras de la ciudad de Arequipa, aquella campi?a que fue retratada por Teodoro N??ez Ureta y Vinatea Reinoso cuando el campo se confund?a con la ciudad. Para revivir aquella a?orada ?poca en la que se viv?a a paso lento, sin apuros y rodeados de verdes valles, todav?a permanecen como testigos del tiempo algunas haciendas como el Molino de Saband?a y la Mansi?n del Fundador que son puntos obligados de toda visita al sur.

A solo unos cuantos kil?metros de la ciudad de Arequipa (20 minutos en auto) y en las faldas del volc?n Misti se mantiene el edificio de puro sillar del Molino de Saband?a, que fue construido en 1621 y que sigue en funcionamiento.

T?mate el tiempo para visitarlos con calma y aprovechar de sus jardines y vistas. Est? rodeado por cerros y valles todav?a verdes. Aprovecha para rentar al costado, en el rancho Misti, unos caballos para dar una cabalgata por la zona. La mayor?a de empresas incluyen al molino como parte de su recorrido tur?stico, por ello es com?n ver llegar buses a cada rato. Pero no te preocupes, no perturba el paseo pues el lugar es amplio y podr? perderse en sus campos.

Siguiendo la ruta en busca de valles llegamos a Huasacache, que est? a 20 minutos del centro de Arequipa, siguiendo la v?a paisaj?stica donde se encuentra la casa de Garc? Manuel de Carbajal, fundador de la ciudad, construida en el siglo XVI y conocida por su primer due?o como la Mansi?n del Fundador. Esta construcci?n con los a?os fue propiedad de los jesuitas y luego pas? a ser hacienda y casa de campo. Reci?n en 1981 fue restaurada ?ntegramente. Luego de la refacci?n fue abierta al p?blico y ahora es posible pasearse por sus salones, su iglesia y sus terrazas que funcionan desde hace varios a?os como sede de matrimonios.

La tranquilidad del lugar es un gran punto a favor de esta visita. Es impagable el descaso que nos brinda la sombra de sus enredaderas, el silencio y la luz. La vista del valle de Socabaya termina en una amplia monta?a e invita a regresar siempre.

Fuente: El Comercio

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